domingo, 5 de mayo de 2013

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE LOS DESGUACES DE COCHES, MONTADO POR PATRICIA PÉREZ

Patricia Pérez, responsable de uno de los blogs culturales de referencia en castellano y de los más interesantes de la red: http://elballetdelaspalabras.blogspot.com.es/
ha hecho un montaje muy bonito con la lectura de uno de mis poemas: «El amor en los tiempos de los desguaces de coches».

Os dejo el enlace al vídeo en youtube y, a continuación, el comentario de texto que hizo sobre el poema: maravilloso.

Muchas gracias, Patricia.



Resulta muy interesante el juego de sentidos: despreocupación del coche y el final de un amor.

El poema se divide en dos partes. La primera se refiere al hombre que se compra un coche y lo mima en los inicios. Sucede lo mismo con el amor. El yo lírico hace todo lo que se supone que es romántico, hasta idear la pedida. Sin embargo, en la última parte se descuida tanto el coche como al amor. Pero no se desprende de ninguno: de uno, porque no tiene dinero para cambiarlo; del otro, ya que tanto la costumbre como la idea de no poder conseguir otro lo frenan. Los dos últimos versos -donde continúa el juego dilógico (dos significados a la vez)- hacen referencia a que esas experiencias son compartidas por el ser humano. Metafóricamente convirtiéndonos en un desguace de corazones rotos.

El cambio de fondo se acompaña por la forma. se introduce por un "pero" que da la vuelta a toda esa felicidad inicial, que pasa rápido (como muestran los encabalgamientos). Lo siguen estructuras anafóricas, paralelísticas ("y dejé...") en enumeración hasta el lacónico "y dejé de quererla". A pesar de lo que se pudiera esperar, no rompe la relación y no se deshace del coche ("lo mantuve"). Eso hace el tiempo tedioso, por eso el ritmo del poema se hace más lento en ese momento hasta la conclusión final.


Patricia Pérez, abril de 2013.





1 comentario:

  1. De nada, ha sido un placer. Colorada me he puesto por tantas alabanzas. Me alegra que al poeta le haya gustado. Siempre me da mucho respeto hacer estas cosas por si estropeo un trabajo tan admirable como el tuyo.

    Un abrazo.

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