XX
Hay un gato muerto en el bordillo
junto a la acera ha sido atropellado
por un coche a primera hora de la tarde
el conductor no supo del suceso
no se percató del incidente
ésta es una calle sin semáforos
señales de stop pasos de cebra
no se piensa que los animales
vayan a cruzar por medio vayan
a enredar sus patas en el salpicadero
de un turismo aparcando en línea
con los otros coches hay un gato
muerto junto a la acera y el escobón
de un empleado de la limpieza
lo mueve de sitio lo empuja
hasta el recogedor de la basura
y lo deposita ahora en el saco
del carro con un montón de hojas
secas tetrabricks de cartón vacíos
mondas de patata cáscaras de pipas
el palito de un chupachús de naranja
que chupeteaba una niña de colegio
Fue en el cruce entre dos calles ahí
donde suelen sentarse las parejas
en un banco que da la espalda a esa
tienda de juguetes ahí frente al kiosco
de periódicos y revistas a dos metros
escasos de las escaleras que bajan
a la estación de Metro y nadie hizo nada
al ver un gato muerto en el bordillo
de la calzada cada cual siguió a lo suyo
de la mano volvió un instante la cabeza
se quedó mirando el bulto de un animal
sucio de sangre que le mira inmóvil
¿Será la muerte Bambi como la muerte
de ese gato los ojos fríos de ese gato
dejarse ir perezosamente no hacer nada
luego de cruzar sin ver la calle notar
algo golpeándonos un dolor inmenso
que poco a poco desaparece ya no duele?
¿Será la muerte Bambi ver con la mirada
de ese gato muerto ver la vida tan de lejos
que resulte extraña mirar cómo caminan
otros pasan cerca y nos rozan los rozamos?
de 34 posiciones para amar a Bambi, 1988
XXXIV
El tipo del espejo te mira a la cara
sorprendido de verse en un espejo;
con temor pasa la mano suavemente
por el cristal que le refleja, parece
darle un rostro al que poder arañar
con la uña de un dedo. Un poco
pálido a esta hora de la mañana
en que aún no ha tomado el café
de la mañana, el tipo del espejo
te descubre en el cristal sucio
del espejo: quieto, pensativo,
y busca en vano cerrar los ojos,
mirar hacia otra parte, y no verte.
Le gustaría arrinconarte en algún
lugar oscuro de la memoria;
su mirada te mataría de poder
con un solo golpe de vista
matar a alguien una mirada.
El tipo del espejo observa la hora
en el reloj de tu muñeca, los minutos
que transcurren codiciosos
de no dejar atrás ningún segundo,
y siente el deseo de quedarse
inmóvil en el sillón de orejas
frente al mar azul de la ventana.
de El tipo del espejo, 2010
MANUEL LACARTA
es un escritor español nacido en Madrid. Licenciado en
Filosofía y Letras, cursó también estudios de música en el Conservatorio de su
ciudad natal.
Ha publicado
los siguientes libros:
Poesía
Reducto (1977), Encarcelado en el
silencio (1978), Al sur del norte (1982), Estar sin estancia
(1983), 34 posiciones para amar a Bambi (1988), con el que obtuvo el
premio Ámbito Literario de poesía, El tipo del espejo (2010), Otoño
en el jardín de Pancho Villa (2011), que reúne su poesía completa entre
1977 y 2010 y ha sido Premio de la Crítica de Madrid 2011 y Libro recomendado
por la Asociación de Editores de Poesía, Así es la vida (2012),
publicado en formato ebook. Así es la vida , El rojo de sus labios
(2013), Margot en la Plaza de Castilla (2013).
Narrativa
Cuentos de
media página (1983), Cuentos
de Madrid (2008), Dame tus manos (2010), Yo, Lope de Aguirre,
rebelde hasta la muerte (2014).
Ensayo
Madrid y sus
literaturas. De la generación del 98 a la posguerra (1986), Felipe II. La idea de
Europa (1986), Cervantes. Simbología de lo universal (1988), Diccionario
del Quijote (1994), Diccionario del Siglo de Oro (1996), Felipe
II. La intimidad del Rey Prudente (1997), Lope de Aguirre. El loco del
Amazonas(1998), Carlos V (1998), Madrid y sus literaturas. Del
modernismo y la generación del 98 a nuestros días (2002), Madrid
(2003), Felipe III (2003), Cervantes. Biografía razonada (2005), La
Casa de Austria y la monarquía de Madrid (2006), Diccionario del
Renacimiento (2006).
Suyas son
además ediciones de la poesía del Siglo de Oro, Quevedo y León Felipe, una edición del libro Madrid,
de Azorín, y varias monografías de pintores contemporáneos.
En 1979,
colaboró con los poemas de Presencia del toro con el pintor Juan
Montesinos, y, en 1994, con los de Obra de Dos con el pintor José María Iglesias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario