Todas
las lluvias desembocan en ti
y
llevan
en
su lento cauce
amaneceres
que saben francés
y
lejanos parajes
donde
encontrar la noche.
Nunca
nos sucedió una despedida
y
sin embargo
ya
no recuerdo tu hábil manera
de
arrancarme una sonrisa.
Estamos
lejos,
como
el tiempo decide
que
el antes y el después
no
crucen sus caminos.
Pero
todas las lluvias desembocan en ti
y
siento
que
soy como el náufrago de aquella historia:
muriendo
de sed
rodeado
de agua
en
el mar infinito.
DAVID MINAYO, de El amor en tiempos
de los desguaces de coches, Ediciones Vitruvio, 2014
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