Deberás
leer todos los días:
un
ensayo, algún poema
o,
si acaso estás en el baño,
los
ingredientes del champú anticaspa
—viene
bien repasar el latín—.
Deberás
ser un poco indiscreto:
mirar
el cuello de las camisas,
los
diseños de una falda, o explorar
la
suela nocturna
de
algún zapato desconocido
—si
vuelve de la compra, de una cita
o
empapado en sangre inocente—.
Deberás
escribir constantemente,
aunque
pases las horas en blanco
—esto,
aunque pese decirlo, yo no lo cumplo—.
Ser
metódico,
estudiar
con detalle la osamenta del verbo,
confundirlo,
adornarlo, mostrarle palabras
que
no conocía, para decir
de
forma distinta
lo
mismo
que
otros han dicho.
Pero
lo más importante:
no
consientas
que
el bienestar te devore
con
su insaciable monotonía,
que
borre tus dudas,
tus
miedos,
tu
pena.
Es
indispensable
que
rompas tu corazón
cada
cierto tiempo, que nunca
te
permitas
ser
feliz.
DAVID MINAYO, 2013
HERMOSO AMIGO MINAYO
ResponderEliminarCONSEJOS QUE PONDRÉ EN PRACTICA
POR SI ME SIRVEN DE ALGO
YA QUE DE ESTO NO SE NADA