EN LO PROFUNDO
Enciende la tarde.
Enciende la tarde.
Dispón
tu refugio.
Acomoda
el cartel de “Se busca”
Prepara
dos copas.
Avisa
de
que todo está dispuesto.
Y
mientras cruza el reloj
por
su impaciente senda de espera
elige
un perfume,
escoge
una falda
y
desabrocha bien mi recuerdo;
no
vaya a ser
que
te asalte en el beso de gracia
como
esos puñales
que
esconden su filo
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