Pienso
en lo lejos que estás ahora
de
nosotros
y en lo cerca
que te has quedado de mí,
igual que una mancha de sangre
invade el uniforme
y en lo cerca
que te has quedado de mí,
igual que una mancha de sangre
invade el uniforme
de
un soldado abatido.
Hay una inmensa ciudad que lleva tu nombre.
Repites tu palabra por calles oscuras.
Pienso en la palabra nunca:
— Nunca intentes acercarte de nuevo.
La soledad se posa en mi mano,
igual
que moscas
sobre el vientre de un antiguo recuerdo.
sobre el vientre de un antiguo recuerdo.
Aquella tarde en que abrimos las puertas
dejaron de ser inocentes
los santos.
Pienso en la palabra nunca:
en lo mucho
que lleva de ti.
DAVID MINAYO, 2011
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