Quiero enseñaros mi última incursión en la prosa, de la que —salvo esta excepción— me divorcié hace bastantes años. Se titula: «El hombre del saco», y salió publicado hace un par de meses en una revista de tirada mensual.
sábado, 27 de abril de 2013
domingo, 21 de abril de 2013
POETAS IMPRESCINDÍBLES: Fernando López Guisado
Me encanta pasear por las librerías como quien ronda el escaparate de una tienda de moda; detenerme frente a las estanterías, probarme los libros —con la ilusión de quien comprueba una talla— y llevarme puesto el que mejor me quede en ese momento —a veces, con el tiempo, uno engorda de ideas y ya no le caben las mismas estrofas—.
No hace mucho, en la Casa del Libro, tuve la suerte de encontrarme con uno de esos poemarios que parecen hechos a medida —de la mente inquieta, del soñador, del viajero—: «La letra perdida», del gran Fernando López Guisado. Al abrir sus oscuras tapas me encontré versos como estos:
«Aquél que quiera de mí debe buscar
este caserón bajo el confín del mundo,
este mar bajo la lluvia,
esta tierra escarpada de los gigantes dormidos.
Por eso me refugié entre pleamares de coco:
para firmar el océano en la lentitud,
reflejarme en las banderas de mujeres olvidadas
y en las rocas moldeadas por la espuma.
Vine para quedarme.
Vine para no venir.»
Podéis encontrarlo en Ediciones Vitruvio.
No hace mucho, en la Casa del Libro, tuve la suerte de encontrarme con uno de esos poemarios que parecen hechos a medida —de la mente inquieta, del soñador, del viajero—: «La letra perdida», del gran Fernando López Guisado. Al abrir sus oscuras tapas me encontré versos como estos:

«Aquél que quiera de mí debe buscar
este caserón bajo el confín del mundo,
este mar bajo la lluvia,
esta tierra escarpada de los gigantes dormidos.
Por eso me refugié entre pleamares de coco:
para firmar el océano en la lentitud,
reflejarme en las banderas de mujeres olvidadas
y en las rocas moldeadas por la espuma.
Vine para quedarme.
Vine para no venir.»
Podéis encontrarlo en Ediciones Vitruvio.
lunes, 15 de abril de 2013
THE SCIENTIST
Nobody said it was easy.
No
one ever said it would be this hard.
Coldplay
Maldita
sea, el mundo se ha vuelto diferente
desde
que te has ido.
Tal
vez no sea grave, ni suponga un problema
elaborar
el día desde un único punto de vista,
pero
me falta costumbre para entender tu ausencia
y
necesito
desviar
la atención
para
aprender a evitarte.
Ya
sé, escribirte no es la mejor manera,
pero
puede
que
no haya una derrota en esta despedida
y
que -como diría el optimista-
mis
manos no estén vacías
sino
libres,
aunque
no pueda
dejar
de volver a ti
cada
vez que cierro los ojos.
Ya
sé, con el tiempo no habrá importado
y
esto es algo que debe repararse, pero hoy
mientras
escribo este improvisado poema
prefiero
el desconsuelo de haberte perdido
a
la sentencia que supondrá
haberte
olvidado.
DAVID MINAYO, 2012
viernes, 12 de abril de 2013
FOTOGRAFÍAS DE LA SIERRA DE MADRID
No hay nada como pasear por la sierra de Madrid y contemplar sus preciosos paisajes. Os dejo algunas de las fotografías que he ido tomando durante este invierno; podréis localizar estos paisajes paseando por los alrededores de Soto del Real, Miraflores de la Sierra, Colmenar Viejo y Manzanares el Real.
jueves, 11 de abril de 2013
EL AMOR EN TIEMPOS DE LOS DESGUACES DE COCHES
Me
compré un coche nuevo:
lo
llevaba al taller oficial, le montaba
repuestos
de marca, pasaba
puntualmente
todas
sus revisiones.
Le
regalaba rosas,
la
llevaba a cenar,
tenía
un
anillo
escondido
en el cajón de mi mesilla.
Pero
con el tiempo se hizo viejo
y
dejó de preocuparme su apariencia
y
dejé de llevarle
a
los mejores talleres
y
dejé de servirle
el
mundo en bandeja
y
dejé de quererla.
Lo
mantuve
porque
aún no podía comprar uno nuevo.
Los
desguaces
están repletos
están repletos
de
corazones rotos.
DAVID MINAYO, 2012
lunes, 8 de abril de 2013
NUEVAS VOCES EN EL ATENEO DE MADRID
El viernes pasado, 5 de abril de 2013, tuve el honor de asistir, junto con María Solis, David Morello, Daniel Romero y Fernando López Guisado, al festival de "Nuevas Voces Poéticas", que tuvo lugar en el Ateneo de Madrid. La presentación corrió a cargo de Francisco Castañón y Antonio Daganzo.
Os dejo un pequeño vídeo resumen de lo que fue el acto, que consiguió llenar la sala Nueva Estafeta, con un aforo aproximado de 80 personas.
Muchas gracias a todos los que estuvisteis allí: a la familia, a los amigos, a los que cumplieron su cita programada, a los que aparecieron a última hora y a los que no se les esperaba. Gracias a Antonio Daganzo por su gran presentación, a los poetas que compartieron mesa conmigo, porque son muy muy grandes, a Elena Muñoz por su felicitación y sus palabras nada más terminar el acto, y mil gracias a mi amigo Fernando López Guisado; por invitarme, por confiar en mí y por su inigualable amistad.
Os dejo un pequeño vídeo resumen de lo que fue el acto, que consiguió llenar la sala Nueva Estafeta, con un aforo aproximado de 80 personas.
Muchas gracias a todos los que estuvisteis allí: a la familia, a los amigos, a los que cumplieron su cita programada, a los que aparecieron a última hora y a los que no se les esperaba. Gracias a Antonio Daganzo por su gran presentación, a los poetas que compartieron mesa conmigo, porque son muy muy grandes, a Elena Muñoz por su felicitación y sus palabras nada más terminar el acto, y mil gracias a mi amigo Fernando López Guisado; por invitarme, por confiar en mí y por su inigualable amistad.
miércoles, 3 de abril de 2013
NO BASTA UN PERDÓN
Os dejo otro de los poemas que aparecieron en Cuadernos Hispanoamericanos.
El lugar que describe (la noche amarilla de Cervantes) es la Plaza de España de Madrid.
El lugar que describe (la noche amarilla de Cervantes) es la Plaza de España de Madrid.
No basta un perdón para que vuelvan los pájaros.
Hace frío, es agosto, tus pasos se disuelven
por alguna de las calles que nos ha visto pasar.
Sonríes, te detienes, dejas las palabras:
La noche es amarilla al son de las farolas…
Y Cervantes – te interrumpo –cabalga por la plaza
sin nada que escribir.
Y entonces
miramos
Madrid desde la esquina de las partes segundas.
Miramos
el cielo
que se ha vuelto nosotros:
Pero no basta un perdón para que vuelvan los
pájaros.
Ya no es suficiente decirte que te quiero, si cada
vez que faltas
vuelvo a asesinarte.
DAVID MINAYO, 2011
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