En
la pared del dormitorio
hay
una ingenua ficción
que tú
protagonizas.
Intento
hallarte en lo cotidiano.
No
puedo entender
los
corazones
que alimentan
nostalgias,
los
que se ahogan
sin
bombear la sangre. No seré yo.
Estás
en la punta del dedo
que
manipula
el frío
de las
llaves.
Entre
el impulso y la puerta
de
una casa vacía.
DAVID MINAYO, La lluvia es un lugar donde esconderse
(Ediciones Vitruvio, 2018)