jueves, 19 de junio de 2014

DOS POEMAS DE ABEL SANTOS





DEFENSA PERSONAL

Noche de domingo. En casa.
Una pareja se pelea en plena calle
y los gritos llegan, como un gancho de izquierda
en el mentón dormido,
a nuestra habitación en una sexta planta.
Pienso en aquella frase de Carver¹
que habla del material útil para un poema:
Coge todo eso, utilízalo.
Inclinados en el balcón
vertiginoso de los hechos, no se me olvidan
los malos tragos que pasé
y que hice pasar a algunas
a la salida de un bar. Ahora entiendo
un viejo proverbio, te digo,
ojeado cuando era adolescente
en una revista de formas de autodefensa:
«Ata a dos pájaros juntos,
creerás que tienen cuatro alas,
pero no podrán volar».
Y es un buen método,
tú y yo estamos de acuerdo, abrazados
de regreso a nuestro nido,
para que los dos guardemos distancias,
 
contra lo que se llama amor.


LA POESÍA

                  Para ir aprendiendo en la noche 
                  cómo ladran ahora los fantasmas
                  del tiempo y la poesía. 
                                           Luís García Montero


Era la más alta de su clase y luego se quedó
estancada.

Le vienen a la memoria
imágenes de cómo Oscar Wilde
le daba vida a las palabras
tal como ella jugaba a las muñecas.

Afuera, las rimas golpean los muros
a ritmo de Hip-Hop.

No sabe a qué hora llegará
su pobre hijo,
y si vendrá con versos que merezcan un beso
o hecho un poema,
                                roto,
fuera de sí,

por la escalera violenta del mundo que niega
ascensores al cielo.

Y ahora, en la televisión,
ahora que la vida puede imaginarse
sin haber leído nunca poesía,

ella mira,
impotente,

cómo arrasa el nuevo anuncio
de un clásico perfume.

ABEL SANTOS 
 

Criado en ciudades dormitorio del extrarradio, vive en Cornellá hasta los 15 años. Desde entonces reside en Sant Boi de Llobregat con estanciasbreves en ciudades como Madrid o Zaragoza.
Ha publicado los libros de poemas Esencia (Ediciones Az90, 1998), El lado opuesto al viento (Parnass Ediciones, 2010), Todo descansa en la superficie (Ediciones Vitruvio, Colección Baños del Carmen, 2013).
Pronto verá la luz una breve antología personal de su obra poética titulada Demasiado joven para el blues.
Ha coordinado la antología La casa de los corazones rotos, donde reúne a 20 poetas a los que admira, entre los que se encuentran Roger Wolfe, Pablo Casares, Karmelo C. Iribarren, Itzíar Mínguez Arnáiz, el aforista Ramón Eder y el cantante, pintor y poeta Diego Vasallo.
Ha colaborado en numerosas antologías de poesía y narrativa; también ha prologado libros como el I Concurso de Microrrelatos Lorenzo Silva. Sus poemas han sido publicados en diversas revistas impresas y digitales. En 2011 fue encargado de prensa y relaciones públicas del I Festival de poesía y microrrelato: Vilapoética, de la ciudad de Viladecans.
Tras 8 años metido en drogas y alcohol, aunque sin abandonar la escritura, de todo ese material adverso sale el libro de poemas El lado opuesto al viento, en el que advierte de los peligros de traspasar ciertos límites.
Sin estudios relevantes y de formación autodidacta, su estilo, claro y afilado, de una lírica casi en ruinas, trata temas urbanos y cotidianos, aunque casi siempre inclinado hacia un crecimiento personal. Él mismo ha bautizado su poética de Realismo Bastardo, que bebe tanto del mundo real como del mundo poético o más introspectivo, sin una clara escuela o movimiento como padre definido.
Algunos de sus poemas han sido traducidos al árabe y al inglés.
Desde 2010 administra su propio blog: Demasiado joven para el blues

www.abelsantospoesia.blogspot.com






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